Hace algunos años, fue un gran éxito de taquilla la película Trescientos. Allí se contaba la historia de un pequeño grupo de griegos que enfrentaron en el desfiladero de las Termópilas al ejército infinitamente superior del entonces poderoso Imperio Persa.
Los griegos se plantaron en las Termópilas sabiendo que no podían ganar. Que podía tardar más o menos, pero serían derrotados. Fueron. Se quedaron. Murieron. Hasta el último hombre... ¿ Eran acaso suicidas esos griegos?...
¡ De ninguna manera !...
Los griegos fueron a morir. A demostrarle a los persas que la conquista de Grecia no iba a ser nada fácil. Fueron a obligar a los gobernantes persas a hacer un cálculo de costos/beneficios... ¿Valía la pena conquistar Grecia si iba a costar tanto?...
Los griegos fueron a morir... y cumplieron su objetivo. Perdieron. O ganaron, como quieran verlo. Los persas ganaron una batalla ... perderían la guerra.
La “Vuelta de Obligado” fue una de esas batallas... que se pierden... pero se ganan.
Los griegos se plantaron en las Termópilas sabiendo que no podían ganar. Que podía tardar más o menos, pero serían derrotados. Fueron. Se quedaron. Murieron. Hasta el último hombre... ¿ Eran acaso suicidas esos griegos?...
¡ De ninguna manera !...
Los griegos fueron a morir. A demostrarle a los persas que la conquista de Grecia no iba a ser nada fácil. Fueron a obligar a los gobernantes persas a hacer un cálculo de costos/beneficios... ¿Valía la pena conquistar Grecia si iba a costar tanto?...
Los griegos fueron a morir... y cumplieron su objetivo. Perdieron. O ganaron, como quieran verlo. Los persas ganaron una batalla ... perderían la guerra.
La “Vuelta de Obligado” fue una de esas batallas... que se pierden... pero se ganan.
José de San Martín lo diría claramente “Los argentinos no somos una empanada que se come de un solo bocado”...
Por ese entonces la figura principal en la política argentina era Juan Manuel de Rosas. Una figura polémica, con claroscuros, con detractores y admiradores, y con una oposición que intentaría por todos los medios derrocarlo. Aún si eso significaba recurrir a las grandes potencias de la época : Inglaterra y Francia.
Los historiadores liberales han visto a veces estas intervenciones europeas casi como campañas libertadoras, como cruzadas de estas potencias “civilizadas” contra la “barbarie” del rosismo.
Hay que ubicarse un poco en la época.
En tiempos de Rosas, los europeos estaban comenzando la segunda fase de expansión colonial que los llevaría a dominar , hacia 1914, medio planeta : Oceanía entera, África casi completa, media Asia y algunas zonas de América.
Los ingleses son grandes consumidores de té. El té es una planta de origen chino, y el gobierno chino impidió durante siglos la exportación de semillas o plantas de té. Los ingleses debían comprarle las hojas del té a los chinos, pagando con oro. La gran solución pensada por los ingleses fue vender opio (una droga altamente adictiva) a los chinos, y con el oro generado por ese comercio ilegal , por ese narcotráfico, comprar el té. Así se compraba el té chino con oro chino. Cuando el gobierno chino comenzó a encarcelar a estos narcotraficantes ingleses, Inglaterra le declaró la guerra a China. Los ingleses ganaron la guerra y se quedaron por el Tratado de Paz, firmado en 1842, con la isla de Hong-Kong, que conservarían hasta 1999.
Francia e Inglaterra, estos dos estados tan filantrópicos, eran los que estaban ayudando a los opositores argentinos contra la “Tiranía” de Rosas. Esas fuerzas colonialistas eran las que nos venían a “liberar”.
Se pueden criticar muchas cosas del gobierno de Rosas. Pero en esta cuestión es inobjetable. Ordenó hostilizar a los invasores, que eran las dos flotas más poderosas de la Tierra.
El general Mansilla fortificó el recodo del río Paraná en La Vuelta de Obligado, cerca de San Pedro.
El gran Ignacio Copani escribió hace algunos años un tema titulado “Lo atamo con alambre” ; no fue el primero : el General Mansilla encadenó un río.
Rosas se dio incluso el gusto de ponerle condiciones de paz bastante humillantes a los ingleses, acostumbrados a ganar siempre.
El 20 de noviembre de 1845 la batalla de La Vuelta de Obligado se perdió... o se ganó. Porque a los imperios todopoderosos se los derrota así , demostrándoles que se está dispuesto a perder más que ellos. Que se está dispuesto a hacer lo que ellos no pueden.
Así perdieron los persas en las Termópilas ; así perdieron los anglo-franceses en La Vuelta de Obligado ; así perdieron los nazis en Leningrado ; así perdieron los norteamericanos en Vietnam o los soviéticos en Afghanistán...
No creo que sea necesario aclarar porqué José de San Martín le dejó por testamento su sable a Juan Manuel de Rosas...
Al gran pueblo argentino, salud.
Adrián Corbella, 20 de noviembre de 2010.
Si Adrian, hace falta aclarar que San Martin le regalo el sable a Rosas, porque esa historia no nos la contaron en la escuela, por lo cual siempre es necesario repetir estas cosas, para de una vez por todas aprendamos un poco sobre nuestra historia. La Vuelta de Obligado, fue un hecho del que nunca se hablo mucho, justamente porque la responsabilidad de ese significativo hito historico correspondia a Rosas y como este siempre tuvo mala prensa, fomentada por los sectores oligarcas de nuestra sociedad, era mejor no difundirlo mucho, no sea que tengamos que enorgullecernos del sanguinario brigadier.
ResponderEliminarLa nota, excelente como nos tenes acostumbrados, sos siempre muy didactico, clarito, con una facilidad y conocimiento para relacionar los hechos hostoricos con los momentos que vivimos en la actualidad, que siempre sorprende gratamente.
Felicitaciones profe y siga llenandonos de conocimientos y reflexiones que nos ayudadan a ver las cosas de una menera distinta a la impuesta por el establishment.
Pedro Izaguirre
chapeaux!!!!
ResponderEliminarquerido
chapeaux!!!
un abrazo!!