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domingo, 3 de octubre de 2010

MENDEZ Y BIOLCATTI : ¿HABRÁN ESTADO ALLÍ?, por Eduardo de la Serna (para "Tiempo Argentino" del 03-10-10, pag. 3)

Arriba : Eduardo de la Serna

Publicado el 3 de Octubre de 2010


Sacerdote


Al mirar la realidad social, la Iglesia intenta iluminarla para acompañar a los “suyos” o a los seres humanos “de buena voluntad” a caminar conforme a lo que Dios quisiera que vivamos (se trata, por tanto, de “teología moral”). Es el Magisterio Social de la Iglesia. Esta intenta presentar el mensaje de la Iglesia en continuidad con lo que se dijo en la Biblia y siguió en la Tradición. No alcanza el espacio para desarrollar lo que la Biblia dice sobre esto (“la raíz de todos los males es el amor al dinero”, por ejemplo), o lo que afirmaron los primeros cristianos (“no es parte de tus bienes lo que das al pobre, lo que le das le pertenece, porque lo que fue dado para el uso de todos, te lo apropias tú solo”). Detengámonos en un tema puntual, como es la participación en las ganancias de las empresas según el Magisterio de la Iglesia. Sólo señalaremos lo que afirman los documentos papales; especialmente cuando la superficialidad (o el “amor al dinero”) afirma que un proyecto de esa naturaleza es digno de Cuba. Después de afirmar que la tierra (el campo) ha de servir a la común utilidad de todos, Pío XI (1931) afirma que “hemos enseñado eso mismo también poco antes, cuando afirmamos que esa participación de los bienes que se opera por medio de la propiedad privada, para que las cosas creadas pudieran prestar a los hombres esa utilidad de un modo seguro y estable, ha sido establecida por la misma naturaleza”. Es de “ley natural” que los bienes sean comunes. En 1961, Juan XXIII decía que “estamos convencidos de la razón que asiste a los trabajadores cuando aspiran a participar activamente en la vida de las empresas donde trabajan (…) No dudamos, sin embargo, en afirmar que a los trabajadores hay que darles una participación activa en los asuntos de la empresa donde trabajan, tanto en las privadas como en las públicas, participación que, en todo caso, debe tener a que la empresa sea una auténtica comunidad humana...” En 1965, el Concilio Vaticano II afirmó: “Se ha de promover la activa participación de todos en la gestión de la empresa, según formas que habrá que determinar con acierto.” En 1981, Juan Pablo II expresó: “Bajo esta luz adquieren un significado de relieve particular las numerosas propuestas hechas por expertos en la doctrina social católica y también por el Supremo Magisterio de la Iglesia. Son propuestas que se refieren a la copropiedad de los medios de trabajo, a la participación de los trabajadores en la gestión y o en los beneficios de la empresa, al llamado “accionario” del trabajo y otras semejantes.” Se notará el conservadurismo del proyecto de ley, ya que sólo propone participación en las ganancias y no –como sugiere el Magisterio– también la participación en la gestión empresaria (aunque los votos “no positivos” arrecien el Congreso).Finalizo con un importante texto: el 11 de abril de 1987 en el Luna Park Juan Pablo II se reunió ante 10 mil empresarios argentinos. Allí les dijo: “Debéis contribuir a que se multipliquen las inversiones productivas, los puestos de trabajo y a que se promuevan formas adecuadas de participación de los trabajadores en la gestión y las utilidades de la empresa, y que se abran cauces que permitan un mayor acceso de todos a la propiedad, como base de una sociedad justa y solidaria.” Como era de esperar, ante tan católico auditorio, estos ¡aplaudieron! Méndez y Biolcati, ¿habrán estado allí?


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