Páginas

lunes, 12 de julio de 2010

EL MATRIMONIO IGUALITARIO Y LA NORMALIDAD DE LOS DINOSAURIOS , por Adrián Corbella (para "Mirando hacia adentro")

Frente al agitado debate acerca de la Ley de Matrimonio Igualitario, quisiera señalar algunas cuestiones bastante básicas, que me parece oportuno puntualizar. En primer lugar, no creo que ninguna organización religiosa pueda pretender transformarse en el vigía de la conducta sexual de personas adultas. Incluso aquellos que adhieren a una fe determinada no tienen una obligación legal de aceptar las normas que dicha organización impone (conozco, por ejemplo, muchos católicos que utilizan preservativos, instrumento de control de la natalidad que la Iglesia Católica rechaza). Indudablemente, aquellas personas que no son religiosas, o que pertenecen a otra religión, no tienen porqué aceptar las reglas impuestas por la religión mayoritaria, ni por ninguna otra si no es su voluntad. En segundo lugar, las parejas homosexuales existen, y en la práctica tienen hijos producto de relaciones heterosexuales previas , de inseminación artificial (en el caso de las lesbianas), o incluso de adopciones (alguien soltero puede adoptar, nadie le pregunta cuál es su orientación sexual). Pero estas parejas sufren de un “vacío legal” en cuestiones tales como herencia, obras sociales, licencias por enfermedad de la pareja o patria potestad. El Estado no debe permitir que actividades perfectamente lícitas sufran de un vacío legal que las deja en una situación de inferioridad, de discriminación, perjudicando el ejercicio de sus derechos por parte de los adultos y menores afectados. Finalmente, cuestiono duramente el concepto de “normalidad” que pretenden imponer ciertos sectores de pensamiento jurásico. Desde que nuestra cultura “occidental y cristiana” existe, ha habido tanto heterosexuales como homosexuales. Eso es nuestra “normalidad” : una mayoría de heterosexuales, y una minoría de homosexuales. Pero, no debemos olvidar que la historia de la humanidad es mucho más larga y compleja que nuestra cultura. Y sin irnos demasiado lejos, basta con analizar lo que fue la “normalidad” para dos culturas que son la fuente en la que se nutrió la nuestra : la griega y la romana. Hemos tomado muchísimas cosas de esas dos antiguas culturas del Mediterráneo : la lengua, los sistemas políticos, la filosofía, la religión (el cristianismo es una religión semítica “romanizada”, por eso la Iglesia se llama “Iglesia Católica Apostólica Romana”), el derecho, el teatro y mucho del arte en general…. La lista es muy larga. Y para esas culturas, que hacen a los fundamentos de mucho de lo que somos culturalmente, lo “normal” era la bisexualidad… Es decir, para un romano o un griego de la época clásica lo “normal” era tener relaciones sexuales con personas de ambos sexos. A cualquiera de ellos le hubiera costado mucho entender tanto nuestro concepto de “heterosexual”, como nuestro concepto de “homosexual”… Ni hablar de lo difícil que les hubiera resultado comprender, a esas personas de los tiempos de los apóstoles –quienes vivían en una cultura grecorromana- el concepto de “celibato”… Estado e Iglesia son dos cosas distintas. La Iglesia tiene sus reglas… válidas para aquellos que creen en ellas… El Estado tiene las suyas… válidas para todos… Adrián Corbella, 11 de mayo de 2011.

No hay comentarios:

Publicar un comentario