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sábado, 10 de abril de 2010
PELIGROSOS FANÁTICOS, por Adrián Corbella (para "Mirando hacia adentro")
En la foto : David Ricardo, Carlos Melconian, Daniel Artana, Álvaro Alsogaray, Ricardo López Murphy, Milton Friedman, Adam Smith, Domingo Cavallo y José Alfredo Martínez de Hoz.
Para la mayoría de la gente de clase media, los liberales son sinónimo de moderación, equilibrio, sentido común, realismo. Son aquellos que vienen a poner orden luego de los excesos de fuerzas “populistas”, de fuerzas “clientelísticas”, que por motivos “electoralistas” dilapidan el erario público.
¿Los liberales? ... ¿Fanáticos?... ¡¡¡ De ninguna manera!!!... ... ...
Habría que hacer una pequeña historia del liberalismo. Esta ideología nació hace casi 250 años, cuando en la segunda mitad del siglo XVIII el economista escocés Adam Smith escribió “La Riqueza de las Naciones” ; luego aparecieron otros economistas que pulieron estas doctrinas, como David Ricardo en el siglo XIX, o Milton Friedman en el XX, pero el espíritu de la obra de Smith permaneció inalterable.
Los liberales creen que la economía es una “Ciencia” que se rige por leyes cuasi “naturales”, que son inmutables, inalterables, eternas ; valen para todo tiempo y lugar de la Tierra, para cualquier ámbito espacial que habite el hombre.
Estas reglas son simples : lo que debe hacerse es …. NADA. La economía se maneja sola, el Estado no debe interferir ; hay mecanismos reguladores naturales, que corrigen los desequilibrios : se llaman leyes de mercado. Muchos economistas liberales han recurrido a la imagen simbólica de la “Mano Invisible” del mercado para explicar este concepto.
Como ven, la cosa se empieza a poner interesante. Hablamos de una mano enorme, que nadie maneja (¡Guau!), y que además es invisible (¡Super!). El Estado no debe interferir en el libre desarrollo de estos mecanismos “mágicos” . Como decían en el siglo XIX los liberales : “laissez faire ; laissez passer” (dejad hacer, dejad pasar).
Estas teorías son para los liberales, como dijimos antes, inmutables y eternas. Y son la VERDAD (a uno casi le entran ganas de agregar REVELADA). Cuando uno presencia un debate o discusión entre un economista liberal ortodoxo, y otro con una postura distinta, observa en el primero cierta desdeñosa suficiencia : él es el dueño de la verdad, y el otro es apenas un principiante, un diletante que desconoce la leyes de la economía…
(En mi barrio a eso lo llamaban soberbia).
Ante este panorama, uno se permite preguntarse qué tal habrán funcionado estas teorías en la práctica, y debemos reconocer que el capitalismo liberal ha sufrido de crisis periódicas recurrentes, de la cual la crisis mundial del 2008-09 (mundial sin Argentina, se ve que no nos clasificamos. Culpa de Maradona seguramente) fue sólo la última expresión.
¿Y la mano invisible?...
Aquí empezamos con los problemas en serio. Porque ante cada crisis, las respuestas de los economistas liberales son las mismas : o sostienen que las políticas implementadas hasta ese momento no eran auténticamente liberales (el fallecido Alvaro Alsogaray dijo eso de Cavallo), o sostienen que estuvieron MAL IMPLEMENTADAS… Y esto no pasa una vez, sino que es recurrente…
Es decir, cuando mi teoría, cuya base principal consiste en decir que no debo hacer nada y confiar en un mecanismo invisible y eterno, choca con la realidad, en lugar de corregir la teoría ¡¡¡¡¡¡AFIRMO QUE LA REALIDAD SE EQUIVOCA!!!!!!! . Y entonces propongo hacer lo mismo que hice antes, lo mismo que llevo a la crisis, pero más en profundidad, de una forma más absoluta y drástica…
Y esto tiene cierta lógica, ya que cuando yo estoy convencido de que soy el dueño de la verdad, y que las políticas que yo implementé son LAS ÚNICAS POSIBLES, si algo fracasa hay que buscar el error en la implementación, o en la realidad, o en cualquier lado salvo en la sacrosanta teoría.PORQUE NO HAY OPCIONES A ESA TEORÍA. Y entonces debo volver a hacer lo mismo, hasta que salga.
¿NO ES ESO FANATISMO?
Alguien que se cree dueño de una verdad eterna, que desprecia cualquier otra idea, que es estructuralmente incapaz de aprender de la experiencia, y que confía en mecanismos irracionales de índole mágico-mística… ¿De qué otra manera puede ser definido?... Fanático, un fanático peligroso...
Alguno me dirá : ¡ Pero los liberales no son así!...
Repasemos : Don Álvaro Alsogaray dijo en un reportaje que John Maynard Keynes era “socialista” ; don Carlos Reutemann es un hombre al que no se le cae una idea, es casi mudo, y vive viendo cosas que no cuenta ; Daniel Artana y Carlos Melconian, cual Jinetes del Apocalipsis, llevan diez años prediciendo el fin del mundo, el Armageddon, y seguimos creciendo ; don Mauricio Macri, un hombre que parece creer que todos conspiran en contra de él, creó un partido político llamado “Pro”, partícula que significa “a favor de” , sin aclarar a favor de qué están, pues ellos más que una fuerza política son una postura filosófica ; Domingo Cavallo sigue insistiendo en que debemos flexibilizar el mercado de trabajo para salvar a la Argentina ; don Francisco de Narváez afirmó durante toda la campaña “Tengo un Plan”, pero es muy modesto para contarlo…
Dejé para el final al mejor de todos, a la joyita, a un hombre que realmente está convencido de lo que dice, que es un auténtico creyente : Don Ricardo López Murphy.
Este hombre fundó hace algunos años su propio partido político : Recrear . El nombre al principio me confundió mucho : uno vincula el verbo crear con la religión, con los dioses, y no con los hombres. ¿Por qué no le puso al partido “Reconstruir”?...
La duda me duró poco, y la respuesta se abrió paso en mi mente : para “reconstruir” hay que trabajar con la realidad y … LOS LIBERALES NO TRABAJAN CON LA REALIDAD.
Frente a la PERFECCIÓN y ETERNIDAD de su teoría, de su CIENCIA, la realidad siempre aparece como algo imperfecto, como un obstáculo que debe ser removido. Y justamente para eso están los "Planes de Ajuste" con los que siempre empiezan : para REMOVER LA REALIDAD. Luego comienzan su tarea, en un terreno despejado, sin imperfecciones humanas.
ELLOS NO OPERAN A PARTIR DE LA REALIDAD...
COMO LOS DIOSES, ELLOS CREAN... Y DESTRUYEN
Adrián Corbella, 10 de abril de 2010
Lo que pasa es que no entendemos que la "mano invisible" no es la que regula el mercado, sino la que se lleva todo lo que no se regula.
ResponderEliminarY que si hoy Adam Smith estuviese vivo, al lado de nuestros neoliberales, sería casi un "zurdito" ...
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