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martes, 30 de marzo de 2010
LA HUELGA QUE QUEBRÓ LA SALUD DEL SILENCIO
“El silencio es salud”, era una de las frases típicas de los muchachos del Proceso de Re-Organización Nacional. Y silencio habían logrado, vía represión, desapariciones, miedo, terror visceral, campos de concentración y grandes shows mediáticos como el Mundial ’78. Sólo quebrado por las Madres y por figuras aisladas, casi francotiradores, como Pérez Esquivel.
Yo por ese entonces tenía 17 años y un nivel de conciencia política bastante cercano a cero. Pero para mí siempre fue un recuerdo imborrable aquella huelga del 30 de marzo de 1982.
Miles de personas en la Plaza, un paro monumental, la figura combativa de Saúl Ubaldini, los cantos contra la dictadura. Lo viví en mi casa, pero recuerdo claramente lo que pensé : “Esto se acabó. Es el fin. Estos tipos se van a tener que ir”. Porque por primera vez en más de un lustro miles de personas desafiaban la censura, el miedo, la represión, y le plantaban cara a los militares.
Dos días después vino lo de Malvinas. La gente volvió a la Plaza, ahora para vivar al gobierno. Importa poco si fueron otros o los mismos. Pero lo que me resulta indudable es que una cosa explica la otra.
Malvinas fue necesario para los militares porque la situación social , la situación que los medios tapaban, era muy compleja, terminal, y la huelga del 30 de marzo era una prueba palpable de cuán profundo era el deterioro de la dictadura.
Malvinas fue el manotazo de ahogado de un gobierno agonizante, el último y desesperado intento de jugarse todo a una carta, de revertir una situación que ya no tenía vuelta atrás.
Nunca falta el "despistado" que dice que “tenemos la democracia gracias a Malvinas”. Es todo lo contrario : tuvimos Malvinas porque para los militares ya era inevitable convocar a elecciones, y querían algún golpe de efecto que les diera uno o dos añitos más. Que les permitiera retirarse ordenadamente, en vez de huir en desbandada, con la ciudadanía gritando "¡A degüello!"
Lo más patético fue que Malvinas borró la huelga del recuerdo de muchos. Muchos que luego criticaban a Ubaldini por los 17 paros a Alfonsín. Que se burlaban de él por sus camperas o su hablar a veces un tanto lloriqueante. Y se olvidaban de que había sido el hombre que se había alzado en el silencio, el hombre QUE HABÍA QUEBRADO LA SALUD DEL SILENCIO.
Perdón Saúl…
Nunca supimos valorarte en tu justa medida…
Adrián Corbella, 25 de marzo de 2010.
Estuve en la marcha compañero y recuerdo que hubo un poco de represión.Las madres con Hebe al frente cobra´ron también.
ResponderEliminarHubo represión, y si no recuerdo mal muchísimos detenidos ... Algunos hablan de 5.000, pero no tengo confirmada la cifra, así que no la temes como definitiva. Y en la marcha confluyeron muchos sectores, madres incluídas... ¿Le gustó el artículo, compañero camionero?
ResponderEliminarMuy linda nota!! Es verdad mucho se le olvidaron de esa marcha que cambio el significado de nuestra vidas. Hoy en el día de la fecha tengo 28 años y en esa marcha perdí a mi abuelo Jose Benedito Ortiz, Mendoza quien contribuyo a mi futuro y de los argentinos, esa marcha fue quien no brindo el camino a la democracia la cual hoy disfruto a costa del dolor que se sufre la partida de un ser querido.
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